Escrito en papel por Mónica Alcázar. Revisado y redactado a ordenador por Ágata Varela.
¿Dónde es mejor que crezca un niño: campo o ciudad?
Lo mejor hoy en día es una hibridación, una fertilización cruzada (se ríe).
¿Pero dónde es mejor vivir?
¡En el campo! Yo soy totalmente estrambótico: mi primer vecino está a 15 kilómetros. Los místicos del siglo XVI decían “vivo sin sufrir compañía”. Pero no soy misántropo (ve nuestras caras de circunstancias y nos aclara que eso significa que no odia al hombre), soy todo lo contrario: amo la vida y la vida de las personas, pero sobre todo amo la fuente original. Somos la especie que miente y que se engaña en el día a día, y eso en el campo y en soledad se cura bastante.
¿Consideras que ser vegano es realmente un sinónimo de respeto por la naturaleza?
¡Sí! Creo que es la mayor conquista ética de la humanidad, la máxima expresión de respeto.
¿Tú eres vegano?
No. No soy vegano, pero lo intento. Soy vegetariano al 85%, hago excepciones por la escasez de opciones disponibles en muchas circunstancias. Una parte de mi vida es pública, y si por ejemplo tú comes algo en un restaurante que no es vegano porque no queda otra… (no termina la frase, aunque intuimos que se refiere a que, si se etiqueta como vegano, puede tener problemas).
Pero comer carne tiene un precio. Todos los días matamos 200 millones de animales grandes para comer, y el mundo animal del que comemos ha quedado reducido un 14%.
¿Cuál es tu árbol favorito?
La encina, porque es el árbol más característico y abundante del país.
Pero voy a ser enterrado bajo un roble melojo. De niño yo viví en Extremadura y, cuando tenía más o menos vuestra edad, decidí dónde quería ser enterrado, por el hecho de que dicho árbol hubiera sido mi primera fuente de inspiración (poética). Ya tengo enterrados allí, en el bosque, a mis padres y a mi sobrina. Cuando muera voy a ser un roble.
¿Cuál era tu trabajo con Félix Rodríguez de la Fuente? ¿De asesor?
No, trabajaba como “todo”. Yo he desempeñado con él (y después de él) todos los oficios posibles, tanto en el mundo editorial como en el escénico. Llegué a vivir en su propia casa.
